lunes, 20 de octubre de 2014

Franco, voto de mi hija y la pesca sin muerte...


Hace varios días que hemos leído enconados debates sobre un eterno dilema...¿pesca sin muerte? Sí, la pesca sin muerte sigue siendo noticia, sobre todo en nuestra vecina Castilla y León, con su renovada normativa que aprueba el uso de la captura y suelta  como manera de práctica obligatoria en aguas libres del territorio para una especie, la trucha común. Especie en franca retirada y descenso de población en toda la Península, es un paso valiente, ¿vanguardista? tal vez no, desde hace mucho tiempo se conoce y se sabe que los tramos sin muerte funcionan casi como un vedado a nivel de población truchera, de hecho desde los gestores de las aguas trucheras se han usado de esta manera en múltiples ocasiones para dejar tramos en descanso.

A mi hija le gusta pescar, no es una gran pescadora, apenas tiene 8 años pero le gusta y yo la llevo a algún lago privado, para que  practique,...no sólo por el riesgo de algunas aguas libres, que eso lo podría evitar, sino porque las posibilidades, no ya de que pesque un pez, sino de que incluso vea una captura o incluso un ejemplar, son lejanas si se trata de truchas. Hace años, cuando mi abuelo vivía y yo era un niño me enseñaba las truchas comiendo en el Irati, ahora voy a ese tramo en el pueblo de Aoiz y apenas se ven peces, oigo relatos de furtivismo contados por gente del pueblo,..."la última que sacamos no cabía en el horno"... los jóvenes bajan con rapalas y vinilos pero no llevan anzuelos sin arponcillo, ni simples, sus ancoretas están tan preparadas como las barrigas de sus cestas para extirpar al pez de su medio. Ese tipo de pescadores no son dañinos en sí, se creen buenas personas, mucha gente los llama "tradicionales", los adorna de un halo de respeto e historia como si fuesen los auténticos pescadores, he conocido muchos de esos pescadores y entre ellos están los que más admiro, los que generosamente han declinado seguir usando el río como mostrador de pescado fresco y liberan sus capturas, es un paso muy avanzado y muy importante, pero alguien tenía que darlo y ser nuestro ejemplo y el de muchos otros. Algo similar veo con los derechos individuales, de la misma manera que nuestros tatarabuelos del siglo XIX no veían mal que las mujeres estuvieran lejos de la política, y tildasen de "revolucionarios" a los primeros de su género que apoyaron el sufragio universal, estoy seguro que ahora nadie ve más que machismo en esa manera de pensar, pero en su momento era una posición muy razonable.

Mi hija, gracias  a esas mujeres y hombres con visión de futuro y justicia, ahora será tenida en cuenta a la hora de votar, su madre y la mía pudieron elegir representantes, incluso participar si lo desearan en la política como candidatas y en cualquier otro ámbito de la vida pública al que, por capacidades, tuvieran acceso. La sensación que me provoca la extensión de las normativas para potenciar la pesca de captura y suelta es similar a la que, mirando atrás, me proporciona observar el momento histórico del sufragio universal....evidentemente la pesca es mucho menos importante, pero estamos dando un paso igual de relevante, ante nosotros se ha dado un hito: Castilla y León se ha puesto esta temporada a la vanguardia de la gestión de pesca en España, ha dado el paso, las mujeres y hombres pueden pescar truchas en esa comunidad y liberarlas en las aguas libres, es un derecho, no una obligación, a nadie le obligan a comprar una licencia, la pesca es una actividad permitida por la ley e incluso fomentada por la administración que dedica recursos a su gestión. Es normal que respetemos la ley, lo mismo que lo hacemos cuando disfrutamos de otros derechos como circular con nuestros coches o votar, lo hacemos conforme a una ley, y cuanto mejor sea esa ley mejor será la garantía de nuestro derecho en el futuro. Como toda ley, las de pesca tienen sus detractores, y esta legislación de Castilla y León ya cuenta con una oposición, cuyo único argumento es una supuesta libertad, que en realidad es su privilegio, el egoísmo del que quiere las truchas actuales para su cocina, pero esas truchas no son las actuales, son también las futuras, no podemos apartar a las generaciones venideras de sus truchas ni de sus votos ni candidaturas a costa de mantenernos en el privilegio de la tradición, hay que evolucionar,...Hoy día nos encontramos ante el convencimiento de que las poblaciones de trucha están muy dañadas por la presión pesquera, incluso la legal pesca extractiva, los que sacrifican truchas hablan de furtivismo, de deterioro de los ríos, pero alejan el tema que realmente cae en su ámbito de actuación, es como si empezáramos a argumentar que en Arabia Saudí las mujeres no votan o en Yemen no pueden ni salir de noche, para defender la limitación de derechos de las mismas en nuestro país....Siempre excusas externas, pero ... ¿qué hay de lo mío? La cuesión debería ser esa sino ¿qué puedo hacer yo por los derechos? Ni siquiera los legisladores de la dictadura de Franco dejaron de lado a las mujeres en los escasos sufragios realizados, no se refugiaron en el derecho comparado de países de legislaciones anacrónicas. Tampoco creo que sea el momento de tibiezas en los debates ni de dejar que unos cuantos  impiden a nuestros futuros pescadores el disfrute de unas poblaciones trucheras sanas, y si para hacerlo ha de ser con captura y suelta no me importa y si han de imponerlo a los partidarios de la pesca extractiva vía legislativa, esa ley tendrá todo mi apoyo, como lo tienen las constituciones de 1931 o de 1978 cuando reconocen que las mujeres tienen la misma capacidad para ser votantes o candidatas que yo, porque puede parecer mejor para mí que no voten o no compitan conmigo como candidatas, pero es peor para todos, mi punto de vista del derecho al voto puede ser egoísta y tradicional o generoso y realista ... Quiero que la capacidad de las personas tenga el reconocimiento que merece al margen de su sexo o condición, lo mismo que quiero que mi hija y los hijos de todos puedan tener algún día el derecho de ir a pescar truchas a los ríos de España como es nuestra tradición, porque somos un pueblo de pescadores desde hace mucho tiempo, pero sabemos evolucionar, crecer y hacer de nuestros derechos una herramienta de desarrollo personal no un recuerdo de las tradiciones del pasado.

Mi enhorabuena a todos los pescadores que han abandonado la tradicional captura de peces y han elegido la liberación de las truchas como práctica racional. Porque gracias a vuestro ejemplo ahora estamos en este punto, os recordaré siempre, habéis sido mis maestros, mis guías, mis ejemplos, ahora veo que la ley recoge vuestra manera de pensar y caigo en la cuenta de vuestra avanzada manera de pensar del cambio que supísteis dar a esta afición, sólo deseo que nunca le falten a la pesca gente como vosotros que velen por su conservación, aún a costa de las más arraigadas tradiciones. Mi deseo de que la legislación de Castilla y León invada como un virus las Diputaciones y Gobiernos vecinos y gocemos todos del derecho de una pesca de captura y suelta garantizada por la ley, para que así nuestros ríos y lagos puedan enfrentar su declive sin la amenaza de una legislación que permita el expolio de sus truchas.

José Manuel Roncal es un desempleado, vive en Navarra, es Licenciado en Derecho y pescador desde hace más de 20 años.