*Excuse me Sir, can you help me?
Shure young, what do you need?
*I´m a visiting student from Spain,
and I love fly fishing… I would like fishing here but I don´t know what I need
given that I unknown the law in Ireland…
Well men… all you need is a reed…. and fishing.
¿Parece
sencillo verdad? Pues así comienza mi aventura como estudiante erasmus y
pescador a mosca en la isla Esmeralda.
Corría el mes de septiembre de 2013 y en aquellos
días todavía de calor, ver lo majestuoso de esos ríos, con tablas rasas donde
decenas de truchas suben una y otra vez, tan sólo interrumpidas por los saltos
de los añales intentando remontar las
presas, no podía sino que poner mi cabeza a trabajar…. esas cosas que tan a
menudo hacemos los de este gremio.
Luego
de acercarme a varios pescadores para cerciorarme de algo que en mi cabeza no
cabía, SI…. realmente en la República de Irlanda no es
necesario sacar ningún tipo de licencia para tentar a las marrones, teniendo
inclusive libre acceso a ciertos tramos privados.
Los
primeros días sin duda fueron interesantes, qué podrían pensar los pobres corckianos
de aquel loco entrando y saliendo del
agua en medio de la ciudad haciendo volar sus secas y hablando en arameo cada vez que fallaba un pez. Al menos,
la estampa era bastante graciosa!
Al descubrir nuevos tramos del River Lee (río
donde se asienta la ciudad de Cork y uno de los más importantes del sur de la
isla), compartiendo jornadas con pescadores locales, uno comprende lo grandioso
de lugar… Pesca de la trucha libre, sin ningún tipo de cupo ni control, peces y
más peces para casa, no? Pues NO…
el respeto por el medio y la conservación de las especies en los ríos,
practicando la captura y suelta continuamente es seña de identidad de esta
gente. A uno le hace pensar lo que todavía debemos avanzar en nuestra querida
tierra…
La vida del estudiante… que se puede decir: sin
duda, es una buena vida. Pero la falta de recursos limita esa otra pesca en los Lodge y tramos
privados, esos guías que te dicen dónde y cómo lanzar, cuál mosca poner…. Pues
bien, no es necesario, los tramos libres tienen la misma cantidad de peces, una
buena mochila para llevar tu bocata y el vadeador, tu buen sombrero repleto de
moscas (por aquello de que piensen que “sabes”), y las imitaciones hechas con
los faisanes de papá y las plumas y pelos que uno va consiguiendo como puede. Son
esos detalles los que hacen tan fascinante este mundillo de la pesca…
Comiendo mi sándwich a medio día, sentado en una
piedra en el medio del río, y observando los golpetazos que se llevan las
pobres efémeras, uno recuerda aquellas primeras veces que va al río. Con quien
mejor sino? con mi padre…. aquel cesto gigante que sólo podía arrastrar por las
asas intentando no quedarme enganchado con mis gaviota en el fango. Aquella primera caña de cola de rata, pescando
“a la técnica” con el gran Juan Puente en regatos donde no entraba ni la caña,
o las grandes tardes de lecciones de lance
y hazañas con mi tan querido profesor Maki…. Largo camino hemos recorrido
superando los miedos y temores de aquello tan complicado y a la altura sólo de
los más grandes, la pesca con mosca.
Ganas
de aprender y disfrutar con los amigos en el río, respetando y siendo
conscientes que en nuestras manos está el poder seguir disfrutando de nuestra
gran pasión.
Porque
lo mejor, es lo que está por venir…
Un
fuerte abrazo desde tierras irlandesas y hasta la próxima…
Álex Puente
Aprovechar un Erasmus para pescar con mosca en otros ríos debe ser una experiencia inolvidable, envidia sana jeje
ResponderEliminarSaludos.
Coincido con Mario, envida sana (o no tan sana) de poder tentar truchas en tierras irlandesas, uno de mis países favoritos. Aprovecha lo que puedas y empápate de la cultura (piscatoria y de la otra) de ese precioso país.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias a todos amigos!!!
ResponderEliminarÁlex seguirá colaborando con nosotros y en breve nos contará su aventura con la pesca del salmón,jejeje,así da gusto irse de erasmus jejeje