Caprichos
del Destino
Sobre el
broche de oro
Llegados a
Irlanda para comenzar el Erasmus en la University
College Cork en el mes de septiembre, son los últimos días de la pesca del salmón,
y mi desconocimiento sobre la normativa de este país hacen que renuncie a
intentarlo, un buen gasto de licencia y cotos para sólo 8 días. Trabajo le
costó¡! pero por una vez el raciocinio pudo más…
La temporada del salmón y
reo comienza en la mayoría de los ríos el 1 de febrero prolongándose hasta el
30 de septiembre –existiendo cotos privados los cuales aplican un calendario
propio– y prolongándose la pesca de la
trucha hasta finales de octubre.
A falta de
salmón, sombrero titular con las moscas, mochila para las botas, vadeador y bocata,
mi Greys todoterreno –¡! un cañón ¡!
gran regalo de mis compis de pesca antes de venirme para Esmeralda– y a patear kilómetros de río en busca de las
pintonas.
Se
terminaba la temporada, y como suele ocurrir, siempre nos depara alguna
sorpresa… Corría el último día de la temporada de pesca en Esmeralda, 15 de
octubre de 2013, por siempre recordado…
Luego de hablar con
pescadores locales, me indican un buen lugar para trucha. Esas tablas sin fin,
por la cintura, muy lentas y con unas cebadas increíbles… ya no sabes a donde
atender y a cual tirar, tratas de tranquilizarte a ti mismo, es decir: entras
en trance…
Sin embargo
al atardecer los peces no se movían, octubre aquí no es precisamente un mes
cálido. Tocaba intentarlo a ninfa. Se animaba la cosa¡! Truchas de buen porte
iban asomando con esas pheasant tail y
oreja de liebre caseras; llámenme
clásico, pero no hay perdigón que se le parezca a estas dos joyas.
Una bonita
corriente, un lance más y... el hilo se para. Clavar, pero cuando clavas y la
caña se te escapa de las manos, sabes que algo
bueno y bonito tienes al otro lado del terminal…
Convenciéndome de que no
podía ser él, el Rey no podía ser para mí tan rápido… LO ERA¡! ahí estaba, con
esa majestuosa cola rompiendo la película del agua…
Luego de 20
minutos con mi 0,16mm defendiéndome de esas carreras, y “paseando” río arriba-río abajo según el añal lo requería, ahí estaba a mis pies,
ese pez que ya me ha encandilado para toda la vida.
Fotillos, beso, y al agua,
donde deben estar esos peces que tanta felicidad nos dan…
Una pequeña reflexión
En un
tiempo de constante debate, en mis años de universitario, ya en el desarrollo
de mi Tesis, algo he sacado en limpio cuando leo un comentario, una
argumentación… Si una explicación es ambigua y necesita de varias vueltas sólo
caben dos posibilidades: O se desconoce por completo el tópico analizado, o se
intenta llegar al auto-convencimiento a partir de explicaciones vanas. Jackson
y Penrose (1993) denominaron Construcciones Sociales a la forma por la cual los individuos pensamos y usamos categorías para
estructurar nuestra experiencia y análisis del mundo.
Un acto
lícito no lleva aparejado la justificación de su fin. Clavarle un estoque a un
toro en medio de una plaza abarrotada de gente, tirar ovejas desde un
campanario, poner bolas de fuego a una vaquilla, llevarse cientos de peces de
los ríos cada año contribuyendo a terminar
con nuestra pasión será lícito, pero no ético y responsable para nuestro
tiempo.
He ahí la
labor del nuevo pescador deportivo, porque las estructuras sociales, como
mecanismo dinámico e integrador de la cultura y conocimiento, están para
romperlas…
Mi punto de
vista ¿?
ü Argumento: Si
te llevas los peces estás contribuyendo (ya sea en un ínfimo porcentaje) a
socavar tu forma de vida y deporte que te da tantas satisfacciones y felicidad.
ü Solución: No
llevarlos… y tratar de proteger y defender el río de tantos y tantos factores que
lo dañan hoy día.
A unas
semanas de terminar el Erasmus, a intentar engañar con mosca al Rey del Río,
quizás llegue de nuevo el broche de oro, ojalá…
Por otro
lado, desde aquí mi ánimo y apoyo por la triste e injusta situación que está
viviendo Pablo Castro Pinos, el tiempo te dará la razón.
Un fuerte
abrazo desde Esmeralda, a día de hoy, ya mi segunda casa.
¡¡!!
Keep in touch ¡¡!!
… por Álex Puente
MUY BUENA LECTURA ;)
ResponderEliminar¿Y por qué además de lícito, es ético, pinchar con un anzuelo una y otra vez a las truchas?
ResponderEliminar¿Es más ético matarlo y comérselo? ¿Es más ética la superpoblación humana que necesita alimentarse con métodos de superproducciones en granjas etc?
ResponderEliminarLa verdad es que quieres ser ecolojeta pero ellos te llamarán pincha peces yo respeto al que suelta todas sus capturas porque tu no eres capaz de respetar al que se aprovecha del recurso de forma sostenible ,es absurdo pensar que soltar a un pez en un medio contaminado y sin alimento gracis a plaguicidas y ese largo etc que todos sabemos ,es mejor actitud que llevarse dos truchas para cenar y mochar contra lo que de verdad esta matando nuestros rios
ResponderEliminarLas matemáticas son tozudas. Si restas 2 a cualquier número, ese número será siempre N-2. Los plaguicidas, las presas, la contaminación y demás agresiones merman las poblaciones de trucha en gran proporción, qué duda cabe...cuando nos llevamos "sólo 2", también... Es cuestión de querer sumar, o restar, en definitiva ser parte del problema, o parte de la solución. Tú decides.
ResponderEliminarsólo veo esnucadores anónimos.....hay que tener valor y dar la cara.Ganas de matar es lo que sobra en este cochino mundo, mejor pinchar con un anzuelo y volver al río que morir con el pescuezo rotoy acabar en alguna triste sartén para ser la cena de un amargado
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